La tecnología digital ofrece modernas soluciones que permiten llevar a cabo esta tarea de manera más ágil, eficiente y proactiva. Algo especialmente valioso para reducir lo riesgos de incidentes en el trabajo y, también, para enfrentar el actual escenario de contingencia sanitaria.
Junto con la infraestructura física y el equipamiento técnico, el Capital Humano es vital para el éxito de toda empresa. Por ende, su bienestar y seguridad laboral ocupan un lugar fundamental entre las diversas estrategias que deben aplicarse para lograr una gestión eficiente.
A partir de esta base, es importante recalcar que la seguridad en el lugar de trabajo va más allá de la forma que adopte la estrategia preventiva utilizada. Es importante, además, que cualquier programa considere, en su elaboración y aplicación, los siguientes principios fundamentales:
1.- Análisis del lugar de trabajo
Implica realizar una evaluación integral de todos los entornos físicos donde el trabajador realiza sus tareas diarias, así como entender la exigencia que éstas demandan, y los respectivos factores de actividad física necesarios para completarlas.
2. Análisis de seguridad en el trabajo
Consiste en identificar los peligros potenciales que puede correr el trabajador en su espacio laboral, y establecer los pasos necesarios para realizar las tareas en forma segura.
3. Observación de seguridad en el trabajo
Es la descripción de los procesos y procedimientos que deben seguirse para una correcta aplicación de toda la estrategia de seguridad en su conjunto.
EL COMPLEJO ESCENARIO ACTUAL
Aunque parece un procedimiento sencillo, la realidad parece ser cada vez más compleja en términos de realización efectiva. Especialmente si se pretende alcanzar máxima eficiencia en prevención de incidentes de seguridad (el llamado “escenario cero”).
De acuerdo con estadísticas del National Safety Council of America (Concejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos), cada siete segundos un trabajador se lesiona en su puesto laboral. Además de las consecuencias físicas y psicológicas que esto tiene para el propio colaborador, dicha cifra equivale a perder 104 millones de días de producción al año, producto de lesiones relacionadas con incidentes en el trabajo.
El mismo estudio establece que las actividades de instalación, mantenimiento y reparación se encuentran entre las cinco principales ocupaciones con mayor número de problemas de seguridad en su lugar de trabajo.
Tan alta accidentabilidad contrasta con los cada vez más estrictos requisitos y estándares regulatorios que impone la legislación gubernamental internacional. Un marco legal que, con el impacto de la pandemia de COVID-19, parece haberse intensificado más. A pesar de ello, cada día somos testigos de nuevos accidentes y/o enfermedades laborales que parecen seguir incrementando la sensación de riesgo en la población productiva.
UTILIDAD UNIVERSAL
El doble impacto que genera una masa trabajadora más expuesta a accidentes, y también el temor al contagio de coronavirus, hace más necesario entonces, disponer de herramientas ágiles y eficientes para analizar en terreno los riesgos de seguridad laboral.
En especial, se requieren formularios de seguridad laboral que pueden utilizarse en ambientes online, replicarse continuamente, o cambiarse por completo, de acuerdo con las necesidades altamente cambiantes del presente.
La importancia estratégica de este tipo de herramientas radica en que, para optimizar la seguridad de los trabajadores, no solo hay que preocuparse de prevenir peligros laborales, sino también de informarlos (y analizarlos) oportunamente, cada vez que ocurre un accidente.
A modo de ejemplo, durante los últimos meses hemos visto como, solo en el sector agroalimentario, diversas empresas y emprendedores han debido cerrar por la multiplicación exponencial de casos de COVID-19 entre su fuerza laboral.
El problema ha sido doble, porque en la mayoría de estos casos, los contagios iniciales no se informaron oportunamente, lo que generó una crisis de salud y seguridad. En otras palabras, el no efectuar un adecuado análisis de seguridad laboral provocó un peligro interno con enormes repercusiones financieras y, además, una amenaza a la seguridad alimentaria de los consumidores.
Esto motivó la agresiva intensificación de los protocolos sanitarios por parte de los organismos reguladores, a través de las cadenas de suministro, los clientes y los consumidores finales. Pero claramente se trata de un esfuerzo insuficiente si, al mismo tiempo, las empresas no practican un análisis de seguridad laboral riguroso, proactivo y más eficiente. Ello permitiría reconocer escenarios; obtener conclusiones certeras y pertinentes; y aplicarlas de manera ágil, dinámica, objetiva y precisa.
A modo de ejemplo, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de Trabajo de Estados Unidos publicó en su sitio web una completa guía de análisis de seguridad laboral, destinada a los trabajadores y empleadores de la industria del petróleo y el gas, que enfrentan mayor riesgo de exposición ocupacional.
Si bien está orientada específicamente al riesgo de contagio de COVID-19, sus recomendaciones pueden ser extrapoladas a todo el ámbito general de la seguridad laboral:
– Mantenerse al tanto de las condiciones cambiantes de los brotes, incluida la propagación del virus y la disponibilidad de pruebas en su comunidad.
– Implementar medidas de prevención y control de infecciones en los lugares de trabajo, para adaptarse mejor a los niveles de riesgo en evolución.
– Evaluar los peligros a los que pueden estar expuestos los trabajadores.
– Evaluar constantemente el riesgo de exposición.
– Seleccionar, implementar y asegurar que los trabajadores utilicen una jerarquía de controles, para prevenir la exposición (y contagio).
Mas allá de la actual contingencia sanitaria, la tecnología acude en ayuda de las empresas que buscan optimizar sus buenas prácticas en este ámbito, permitiéndoles realizar análisis de seguridad laboral simplificados, mediante aplicaciones de tipo low-code (que garantizan rapidez y facilidad en su implementación).
Estas herramientas se estructuran a base de sencillos formularios móviles, listos para usar y que, en el caso del control del COVID-19, cumplen todos los requisitos estipulados por el Centro de Control de Enfermedades, CDC.
Dichas listas consideran acciones muy sencillas y directas, que van desde el seguimiento de síntomas, y aplicación de listas de verificación de detección y auto informes, hasta la preparación o sanitización del espacio de trabajo, elaboración de informes de incidentes de exposición a virus, y seguimiento de cuarentena.
Estas valiosas aplicaciones prácticas confirman el hecho de que los análisis de seguridad laboral simplificados y ejecutados mediante estas tecnologías digitales, fáciles de implementar y de adaptar a la realidad de cada empresa, entregan una serie de beneficios concretos.
Estas ventajas son:
– Permiten actualizar e implementar formularios de análisis con agilidad, y que pueden adaptarse en muy poco tiempo a las características cambiantes del entorno.
– Protegen la seguridad de los técnicos, permitiéndole crear aplicaciones de observación del espacio laboral, así como realizar análisis a distancia del lugar de trabajo y su seguridad, trabajando directamente desde sus equipos móviles, y previniendo nuevos focos de eventuales incidentes.
– Permiten crear nuevas formas de seguridad, y escalar la protección a un número exponencialmente creciente de trabajadores, con la misma celeridad con que pueden cambiar las situaciones del entorno.
– Establecen protocolos de cumplimiento que se pueden monitorear, rastrear y almacenar, y recuperar fácilmente, para fines estadísticos y de auditoría.
– Proporcionan valiosos datos de campo, que ayudan en la detección de problemas de seguridad, y optimizan las prioridades de asignación de recursos.
– Agilizan y aceleran los informes de incidentes.
En síntesis, dar este paso evolutivo tecnológico, conlleva la posibilidad de crear una cultura de seguridad laboral moderna y eficiente. Esto no sólo se reflejará en mejor trazabilidad y análisis de riesgos, sino que también mantendrá a la fuerza laboral (y a la comunidad en general), más saludable y segura.