Verificar constantemente el estado y funcionamiento de maquinarias e implementos técnicos como tractores, segadoras, transportadoras y cosechadoras, entre otros, es esencial para garantizar que la producción silvoagropecuaria mantenga su seguridad y eficiencia.
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, FAO, a mediados del presente siglo la población mundial superará los 10 mil millones de habitantes.
Este sostenido y exponencial crecimiento demográfico provocará, dentro de muy poco tiempo, una intensa presión sobre los sistemas agrícolas. Escenario que se traduce en la urgente necesidad de optimizar e incrementar la producción de alimentos inocuos y seguros.
Todo ello en medio de una contingencia marcada por la incertidumbre, la crisis económica, la inestabilidad socio-política, el impacto global de las guerras y el estrés climático.
Este complejo desafío exige que la producción mundial de alimentos avance de manera decidida por un camino donde la modernización tecnológica ya no es solo una opción, sino una necesidad ineludible.
Esto implica que los equipos técnicos, como tractores de remolque y arado, segadoras, cosechadoras, dispositivos de riego automatizado e, incluso, plantas de energía solar y drones, son hoy imprescindibles para hacer frente a esta alta demanda de la población.
Sólo de este modo, la industria agroalimentaria asegurará un desarrollo eficiente, optimizando al máximo el uso de los materiales disponibles y permitiendo que las estructuras de costo se equilibren de manera efectiva con los beneficios obtenidos, tanto por productores como consumidores finales.
Objetivo que, en el actual entorno socio cultural, también implica utilizar prácticas productivas éticas y sustentables. Es decir, reduciendo el consumo innecesario de recursos naturales valiosos, así como el impacto negativo sobre el medio ambiente.
Organizar tareas de inspección y mantenimiento agrícola
Esta mayor mecanización y automatización requiere, a su vez, de estrategias de cuidado y mantenimiento que aseguren la continuidad y eficiencia operativa de las maquinarias. Sólo de este modo puede garantizarse una mayor productividad y rentabilidad de las faenas agroalimentarias, sin perder de vista el objetivo paralelo de reducir su huella de carbono.
A partir de este escenario, es posible establecer un lista base de “buenas prácticas” de cuidado y mantenimiento de maquinaria y equipamiento agrícola. Acciones que, a primera vista, pueden parecer básicas, pero que no siempre son practicadas adecuadamente, ya sea por desconocimiento o por falta de adecuada formación técnica.
Por ello, los especialistas recomiendan que cada granja, industria o unidad productiva organice estas tareas mediante Listas de Verificación digitales. Estas ayudan a distribuir y aplicar con mejor orden metodológico, las respectivas tareas de inspección y revisión de la maquinaria.
Además, permiten establecer y aplicar adecuados planes de mantenimiento preventivo y/o predictivo, así como diseñar estrategias de auditoría y programar visitar técnicas en terreno (según sea necesario, de acuerdo con la actividad realizada).
9 principales cuidados que se deben aplicar en la maquinaria agrícola
A partir de estos principios básicos es posible establecer un listado de acciones básicas que siempre deben incluirse en las listas de verificación aplicadas al cuidado de los equipos y maquinarias agrícolas. Algunas de estas acciones son las siguientes:
1. Leer el manual de instrucciones
Aunque sepamos cómo funciona una máquina, siempre es importante consultar el manual de instrucciones. Por ejemplo, podríamos descubrir que algunas prácticas que creíamos correctas son desaconsejadas por el fabricante, porque podrían ocasionar problemas o accidentes.
Los manuales, además, son la mejor guía para determinar el momento exacto en que se deben realizar revisiones o mantenciones. También proporcionan información específica sobre indicadores claves como presión, aceite y temperatura de operación.
La recomendación es, entonces, tener el manual siempre a mano y leerlo con atención. Sólo así podrá prevenirse el uso indebido de los equipos, y evitar cualquier falla o accidente causados por la desinformación.
2. Capacitar a los operadores
Si el equipo es utilizado por varias personas, no debemos asumir que todos saben cómo usarlo correctamente. Es conveniente realizar cursos constantes para asegurarse de que cada uno de los operarios tiene los conocimientos y competencias necesarios para utilizar la maquinaria.
Actualmente, la mayoría de los fabricantes ofrece esta opción, como parte de su estrategia de posventa. Aunque ello no es obstáculo para que el agricultor, o dueño del equipo, también organice en forma paralela y complementaria, su propio calendario de capacitaciones permanentes. Tanto para sus trabajadores como para sí mismo.
3. Elaborar informes periódicos
Antes de planificar y aplicar un calendario de revisiones y acciones de mantenimiento específicas, se necesita elaborar un adecuado historial de uso de cada maquinaria agrícola. En estos informes se debe incluir cómo y cuándo se usó la máquina, durante cuánto tiempo, cómo estuvo el clima (incluyendo cambios repentinos), así como cualquier anomalía advertida durante la operación.
Se recomienda que estos informes, o listas de verificación, sean elaborados por personal técnico preparado, o bien, por un mecánico de confianza.
4. Efectuar limpiezas frecuentes y profundas
La limpieza es esencial para que la maquinaria agrícola opere con seguridad y eficiencia. Por desgracia, no es una condición que muchos agricultores respeten a conciencia. De hecho, la mayor parte del tiempo sólo se presta atención al exterior, pero se descuidan acciones básicas como cambiar filtros, revisar nivel y presión de aceite, limpiar las boquillas de inyectores o verificar el estado del sistema eléctrico.
También deben limpiarse otros elementos críticos como máscaras frontales, correas, ejes, junturas, cintas transportadoras, rodillos y bisagras (según sea el caso).
Para que estos puntos de la lista de verificación se apliquen correctamente, también es esencial contar con personal técnico capacitado, o bien con la asistencia de un mecánico experto de confianza.
5. Lubricar en forma constante
Cambiar regularmente el aceite equivale a preservar la vida de motores y piezas móviles. Para ello se debe aplicar un calendario regular de inspección y cambio, así como utilizar productos de calidad (idealmente recomendados por el fabricante del equipo). Esto evitará daños producidos por roces en seco.
Del mismo modo, cuando se cambie el lubricante hay que asegurarse de vaciar todo el tanque contenedor, para no mezclar el aceite nuevo con el que ya está en uso. Así nos aseguramos de que no haya impurezas que puedan dañar el funcionamiento del motor o de las piezas lubricadas.
También se recomienda guardar rodamientos y piezas móviles de repuesto en bodegas o recintos cuya humedad relativa del aire sea menor a 60%, para así no provocar daños por corrosión.
6. Prestar atención a las anomalías
Ante cualquier síntoma extraño, como ruidos inexplicables, diferencias evidentes en el funcionamiento, presencia repentina de humo, vibraciones o señales indicadoras inesperadas en el panel de control, se debe detener la maquinaria de inmediato y recurrir a un servicio especializado de mantenimiento.
En todos estos casos se recomienda tener un stock permanente de piezas de repuesto, de modo que las eventuales reparaciones no tomen demasiado tiempo. En especial si se trata de problemas simples o que pueden ser resueltos con rapidez. Tener un activo inmovilizado siempre implicará pérdida de productividad y recursos.
7. Realizar mantenimiento preventivo
Aunque el equipo aparentemente funcione bien, hay que asegurarse de que no necesita ninguna reparación. Por ello, el mantenimiento preventivo es una de las tareas más importantes dentro de toda lista de verificación de maquinarias agrícolas. Para aplicarlo de manera correcta es necesario ajustarse de manera precisa a las recomendaciones del fabricante.
Es una precaución necesaria, porque siempre será más económica que una reparación correctiva. Además, el mantenimiento preventivo también evita interrumpir la producción por detenciones forzadas no programadas.
8. Reparar sólo con piezas de calidad
Usar repuestos sin origen certificado compromete la seguridad y operación de cualquier maquinaria o equipo agrícola. No es necesario comprar solo productos originales de marca, pero sí escoger los que sean certificados y garantizados por un fabricante conocido. De esta elección dependerá también el correcto funcionamiento y operación del equipo.
9. Recurrir sólo a profesionales autorizados
El mismo principio anterior se aplica a los profesionales mecánicos a cargo de la mantención y reparación. Siempre hay que recurrir a profesionales capacitados y con referencias conocidas. Optar solo por quienes cobran más barato, puede generar daños potenciales e incluso accidentes.
Si se opta por una empresa autorizada, siempre hay que preferir las recomendadas por el fabricante, en especial si el equipo aún cuenta con garantía. Si ello no es posible, se debe escoger un taller de confianza y que también cuente con buenas referencias.
El valor de las herramientas tecnológicas
Junto con aplicar estos cuidados básicos, es indispensable utilizar una solución tecnológica que permita verificar y asegurar el correcto desempeño de maquinarias y equipos agrícolas.
También será útil contar con aplicaciones que controlen variables complementarias, tales como posicionamiento y operación del equipo en tiempo real, consumo de combustible, nivel de revoluciones del motor y desplazamiento en ruta, entre otras.
Conocer todos estos parámetros ayudará a anticipar problemas, planificar respuestas ante contingencias, reducir impactos negativos en la operación y maximizar la productividad.
En DataScope contamos con soluciones de avanzada tecnología, incluyendo modernas aplicaciones para elaborar listas de verificación digitales, diseñadas para monitorear todos los requerimientos y exigencias del sector agroindustrial de acuerdo con las necesidades específicas de cada empresa, granja o unidad productiva. Mediante ellas, podrá realizar tareas de inspección y evaluación de equipos, así como para aplicar procesos de auditoría y controlar los períodos de mantenimiento.