Cómo trazar un adecuado plan de EPP

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Los “Elementos de Protección Personal”, o también conocidos como EPP, son eslabones fundamentales dentro de la cadena de seguridad y protección laboral. Por ello, es indispensable contar con estrategias y herramientas tecnológicas que permitan inspeccionarlos en forma periódica, detallada y eficiente.

Por su propia naturaleza, así como por diversas consideraciones ambientales, o incluso geográficas, las actividades productivas e industriales suelen presentar alto nivel de riesgo y peligro para quienes las realizan. Esto hace imprescindible el uso permanente de “Elementos de Protección Personal”, o EPP, para resguardar la seguridad e integridad de los trabajadores.

Técnicamente, los EPP son cualquier equipo, aparato o dispositivo especialmente diseñado y fabricado para resguardar al cuerpo de todo daño, herida o lesión provocado por accidentes del trabajo o enfermedades profesionales. 

En este contexto, la ley obliga al empleador a proveer estos elementos a todos los trabajadores u operarios que así los requieran, dependiendo del trabajo que realicen y del consecuente riesgo al cual se expongan.

Importancia de los EPP

Ahora bien, por sí solos los EPP no eliminan los riesgos y peligros presentes en el lugar de trabajo, pero sí protegen a las personas, y pueden llegar a disminuir sustancialmente la gravedad de las lesiones sufridas en caso de accidente.

Por ejemplo, elementos de protección tan simples como casco, guantes, antiparras y calzado de seguridad pueden evitar desde quemaduras o laceraciones en las extremidades, hasta traumatismos severos y lesiones mortales. 

Por este motivo, el uso obligatorio y regulado de los EPP siempre debe enmarcarse dentro de un plan preventivo que respalde su implementación y permita, además, entregar a los trabajadores adecuadas herramientas complementarias de información y capacitación respecto de su uso.

Basta recordar que en cualquier lugar de trabajo que implique riesgo moderado a extremo, como un yacimiento minero, un edificio en construcción, una zona de explotación forestal, o una fábrica de productos químicos, entre otros ejemplos, los riesgos que corre la fuerza laboral son parte de las actividades cotidianas.

Y no sólo se trata de protegerse contra objetos que caen, explosiones o golpes contra elementos contundentes. También existen múltiples riesgos asociados a otras situaciones que pasan más inadvertidas, como el exceso de ruido ambiente o la presencia de sustancias químicas, tóxicas y/o contaminantes.

Todas estas variables exigen que las gerencias de cada empresa, así como los profesionales encargados de los respectivos departamentos de Higiene y Seguridad Laboral, implementen un plan adecuado las necesidades de cada empresa. Este debe definir los EPP pertinentes para las faenas que se desarrollen en, así como establecer un programa de control e inspección periódico de los elementos dispuestos para resguardar la seguridad de la fuerza laboral.

Cómo aplicar un adecuado plan EPP

En primer término, debemos considerar que todo plan de inspección de los Elementos de Protección Personal consiste en un proceso que se debe realizar en el mismo lugar de trabajo. Sólo de este modo será factible garantizar la calidad, estado y buen funcionamiento de cada uno de estos equipos.

Así mismo, las inspecciones deben ser realizadas por personal especialmente conformado y capacitado para tal fin. Puede estar constituido por consultores externos, o bien, por funcionarios de planta. El único denominador común radica en que tengan las competencias y los conocimientos necesarios para diseñar un plan, aplicarlo y darlo a conocer a todos los trabajadores de la empresa.

Al mismo tiempo, deben mantenerlo lo suficientemente actualizado como para adaptarse a eventuales cambios de contexto, o a los nuevos peligros o riesgos que surjan con el avance de las actividades de largo plazo.

Una vez conformado el equipo de inspección de EPP, es necesario verificar que el proceso se realice de acuerdo con una metodología clara. Esta puede considerar los siguientes pasos:

1. Inspeccionar el lugar de trabajo:

Identificar los riesgos físicos como, por ejemplo, cables expuestos, entradas de vehículos poco demarcadas, áreas obstruidas, sustancias químicas o inflamables presentes en el ambiente o materiales propensos a desprenderse, entre otras variables. 

Así mismo, si el lugar de trabajo se ubica en zonas interiores, es necesario asegurar el buen estado de otros elementos de protección complementarios, como los extintores de incendios, e identificar y señalizar todas las salidas de emergencia.

2. Revisar el equipo: 

Se debe realizar una lista completa de todo el equipo de seguridad que se distribuye a los trabajadores, tanto de manera individual como colectiva, para identificarlos con claridad y, simultáneamente, saber con todo detalle qué elementos pueden faltar dentro del inventario.

3. Observar a la fuerza laboral:

Hay que destinar un tiempo prudente para observar y analizar la forma en que los trabajadores realizan sus actividades cotidianas, así como tener claridad respecto de qué elementos de protección personal usan efectivamente y, saber, simultáneamente, si lo hacen de manera correcta para proteger su seguridad y salud.

4. Dialogar con los trabajadores:

Una vez hecha la observación y obtenidas las conclusiones pertinentes, es necesario conversar con los trabajadores, para aclarar sus dudas e identificar cualquier inseguridad que ellos adviertan respecto de su lugar de trabajo. De este modo, también será posible identificar las eventuales causas del mal uso del equipo, y trazar las respectivas estrategias correctivas de educación y concientización.

Una vez dados todos estos pasos, y tras obtener las conclusiones más relevantes del proceso de observación y diálogo con los trabajadores, se debe trazar un formato de inspección de EPP que permita identificar aquellos elementos que estén en buen o mal estado. 

De este modo será posible fijar un estándar de acción que permitirá optimizar las estrategias de protección y cuidado de la fuerza laboral de toda la empresa.

Para lograr la mayor claridad posible en esta fase del proceso es necesario adoptar una categorización precisa. En este punto los expertos en seguridad laboral recomiendan actuar de acuerdo con tres parámetros objetivos:

  • Bueno (B): Se debe calificar como “Buenos” a todos los equipos que se encuentren en estado óptimo, tanto desde el punto de vista funcional como estructural, para brindar la protección y seguridad que requiere el usuario.
  • Regular (R): Se debe calificar como “Regulares” a todos los equipos que solamente cuenten con alguna de las características de funcionalidad y estado que requieren para brindar protección óptima. Si no se cumple esta condición, el personal a cargo de la inspección debe recomendar que no es seguro hacer uso de este elemento, y solicitar su reemplazo lo antes posible.
  • Malo (M): Se debe calificar como “Malo” a todo EPP que no cumpla con ninguna de las características y especificaciones que requiere para brindar protección y seguridad al trabajador. En estas circunstancias, el personal a cargo debe retirarlo de inmediato, y reemplazarlo por equipo en buenas condiciones.

El valor de las herramientas digitales

Para que este formato de inspección de EPP sea eficiente, debe también considerar una lista de verificación del estado de cada elemento de protección personal a inspeccionar. En dicha lista deben registrarse dos variables específicas designadas como “Uso” (U) y “Condición” (C), que son válidas para cada uno de los elementos utilizados por cada trabajador como, por ejemplo, casco, antiparras, audífonos, máscaras de oxígeno, trajes de protección o calzado de seguridad, entre otros.

Sin embargo, el éxito de esta estrategia no se basa sólo en el nivel de detalle que alcance la inspección, sino también en la capacidad que tenga el equipo a cargo de aplicarla en forma constante y eficiente.

Para ello resulta imprescindible dejar de lado los sistemas mecanizados a base de formularios en papel, que suelen ser poco amigables, de escasa sustentabilidad y altamente propensos al error humano.

En tal sentido, la tecnología digital ofrece nuevas y poderosas herramientas y aplicaciones que permiten elaborar checklist electrónicos capaces de actualizarse en forma permanente, y llevar un control más directo, exhaustivo y preciso de todas las variables analizadas anteriormente.

Sólo de este modo será posible garantizar tanto el buen estado de los Equipos de Protección Personal, como la implementación adecuada de un plan de inspección y uso de los mismos. Ambas condiciones son esenciales para toda empresa u organización que aspire a cuidar su Capital Humano, y reforzar su competitividad en el mercado.

Además, se contribuirá decisivamente a una mejor política de sustentabilidad y circularidad, dado que se reducirá ostensiblemente el uso de grandes cantidad de papel que de otro modo terminarían incrementando el ciclo de contaminación de la empresa. Sin contar el negativo impacto ambiental en términos de mal uso de recursos naturales y aumento en la huella de carbono.


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Francisco Gonzalez

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