Es importante que los profesionales a cargo de la prevención de accidentes, tengan un diálogo activo y enriquecedor con los equipos de trabajo. Para ello se requiere abordar temas transversales, pero también concretos y cercanos a la cotidianeidad de cada espacio laboral en la respectiva charla de seguridad.
El capital humano es el activo principal de toda organización, independientemente de la actividad económica que ésta desarrolle. De hecho, su participación es vital para que los procesos productivos, o los servicios que presta una empresa, se realicen de manera integral, eficiente y con altos estándares de calidad.
Sólo de este modo será posible consolidar una estrategia de desarrollo que incremente y fortalezca, de manera sostenida, tanto la productividad como la competitividad de la compañía.
De hecho, no se debe olvidar que el recurso humano juega un papel trascendental en el desarrollo macroeconómico de un país; y como tal, es uno de los pilares del ingreso nacional y, por consiguiente, del Producto Interno Bruto o PIB.
Por este motivo, las diferentes legislaciones internacionales se han preocupado de establecer una gran cantidad de normativas específicas, orientadas a salvaguardar los derechos inalienables de los trabajadores. Entre estos destacan, en primer término, el cuidado de la salud y seguridad en el ejercicio de sus labores específicas.
Sin embargo, tal como cuando se arma un rompecabezas, dicha estrategia consta de diferentes piezas que deben combinarse en forma armónica y precisa para lograr un objetivo final exitoso. Y uno de los componentes esenciales de este “universo de estrategias interactuantes” es lo que se conoce como “charlas de seguridad”.
¿En qué consiste una charla de seguridad?
Como hemos analizado en otras oportunidades, una charla de seguridad es un diálogo corto, de entre 5 a 10 minutos, que se realiza generalmente antes de empezar la jornada laboral. Por lo general siempre está a cargo de un profesional o prevencionista del equipo de seguridad y salud, aunque en ciertas oportunidades también puede ser realizada por el mismo líder de cuadrilla o el respectivo jefe de turno de una empresa (previamente capacitado para tales fines).
En estas charlas se aborda un tema relacionado con las actividades propias de cada empresa u organización, con el objetivo de comentar y/o analizar situaciones relevantes para la seguridad de los trabajadores.
Por ejemplo, revisar situaciones acaecidas durante jornadas anteriores, o bien, supuestos teóricos relacionados con acciones de contingencia, para así corregir errores cometidos, prevenir escenarios de riesgo o trazar posibles acciones de respuesta que luego puedan aplicarse en terreno.
Es importante que estos encuentros sean breves, para no perder la atención de sus respectivas audiencias, pero, al mismo tiempo, deben tener la suficiente periodicidad como para crear “hábitos de seguridad” en la propia fuerza laboral. Dicha periodicidad puede ser diaria, semanal o mensual, según las características de cada sector productivo o actividad realizada.
Los principales beneficios de realizar charlas de seguridad periódicas (diarias, semanales o mensuales), son los siguientes:
- Aumentar la conciencia y participación de los trabajadores en las estrategias de seguridad.
- Reducir los índices de accidentabilidad en todos los sectores de la economía.
- Mejorar la productividad de las empresas, a partir de la disminución de eventos, errores y situaciones de emergencia.
Principales claves de las charlas de seguridad
Pese a estas evidentes ventajas, si las charlas de seguridad no se planifican en forma adecuada, o los profesionales a cargo no las abordan con suficiente responsabilidad, pueden convertirse en un elemento rutinario y poco atractivo, que finalmente no aporta ningún tipo de valor dentro de la estrategia de salud y seguridad de la empresa.
Por ejemplo, si el presentador a cargo sólo se limita a disertar una presentación de PowerPoint o a leer un guión preparado de antemano, no generará ninguna interacción dinámica con su audiencia. Al contrario, sólo provocará tedio o fastidio entre los presentes, lo cual reducirá la atención y, consecuentemente, hará que la charla pierda toda su importancia.
Del mismo modo, es fundamental que los prevencionistas de salud y seguridad tengan siempre en cuenta la realidad propia de cada empresa al momento de preparar las charlas. Si sólo se abordan temas teóricamente importantes, pero ajenos a las tareas diarias o demasiado abstractos, los trabajadores no sentirán interés, ni tampoco prestarán la atención necesaria.
Temas que se deben abordar en toda charla de seguridad
Para evitar este tipo de situaciones negativas, es necesario tener en cuenta tanto la dinámica con que se abordará la charla de seguridad, como sus contenidos. Puede parecer algo obvio, pero todo prevencionista a cargo debe considerar que su público no siempre tendrá el mismo entusiasmo para seguir su exposición. De este modo, debe estar preparado para adaptarse a distintos tipos de audiencia, de formación educacional y capacidad de comprensión.
Esto implica estar preparado para ofrecer temas atractivos y pertinentes, así como también para tener la capacidad de improvisar y cambiar el discurso, de acuerdo con las condiciones particulares del entorno laboral y de los asistentes a la charla.
Por ejemplo, si se trabaja en una compañía maderera, será de gran utilidad analizar las estrategias para prevenir la acumulación excesiva de aserrín en el ambiente, para que no haya riesgo de que se produzca una explosión por polvo combustible.
Por el contrario, en una compañía minera, se deben abordar los riesgos de derrumbe o de accidentes vehiculares en las vías de acceso; así como el peligro inherente al manejo de explosivos o de maquinaria industrial pesada como perforadoras, chancadoras, retroexcavadoras o cargadores.
En una instalación portuaria, a su vez, debieran analizarse los peligros propios de desempeñarse en entornos con alto tránsito de cargas pesadas o de eventuales materiales peligrosos. Así como el riesgo de encontrarse en medio de alto flujo de camiones, grúas y contenedores.
Y en el caso de actividades de menor impacto físico, como oficinas privadas, servicios de atención a personas o instituciones públicas, por ejemplo, pueden tratarse aspectos relacionados con peligro de incendios, caídas a nivel del piso, interacción con artefactos eléctricos o manipulación de objetos afilados, entre otras opciones.
Al mismo tiempo, el prevencionista también puede incorporar a sus charlas elementos de riesgo relacionados con la localización geográfica de las instalaciones. Por ejemplo, riesgo de sismos, inundaciones, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra, marejadas o avalanchas de nieve.
En todos estos casos, es importante que quienes estén a cargo de las charlas consideren la realidad propia de cada empresa, para no perder la atención de sus oyentes. Aunque existen temas comunes para los distintos segmentos productivos, industriales o de servicios, estos pueden tener sus matices diferenciadores, atendiendo las características individuales de cada faena e, incluso, cada equipo humano en particular.
Asimismo, es conveniente que no se descuiden los aspectos relacionados con la actualidad, como, por ejemplo, reforzar las medidas de higiene y salubridad que hoy son parte habitual del escenario pandémico internacional. Al respecto, los expertos recomiendan repasar en las charlas todos los pasos de cuidado y protección personal y general destinados a prevenir la transmisión del virus, al menos una vez a la semana, sin importar el tipo de trabajo o segmento productivo.
No olvidar los elementos de protección
Además de abordar temas que consideren la realidad propia de los trabajadores y su entorno laboral, es importante que los prevencionistas a cargo de las charlas de seguridad, hagan énfasis permanente en el correcto uso de los Elementos de Protección Personal (EPP), como cascos, ropa de seguridad, arneses, máscaras, lentes y protectores de oídos, entre otras múltiples opciones.
Si bien estos no eliminan por completo el riesgo de sufrir un accidente, sí mitigan la exposición de los empleados a los peligros existentes en cada espacio de trabajo, y previenen que los accidentes laborales tengan mayor impacto en ellos.
Sólo de este modo, las charlas de seguridad serán parte integral de una estrategia que esté efectivamente al servicio del cuidado del Capital Humano de toda empresa u organización, permitiéndoles ser más competitivas y exitosas, tanto en el corto como largo plazo.
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