El aire comprimido es una herramienta muy útil en gran cantidad de procesos industriales. Sin embargo, su uso también conlleva el riesgo de sufrir accidentes con consecuencias muy graves, en especial si los operarios a cargo no cuentan con la suficiente capacitación y protección pertinente.
Las empresas del área industrial, productiva y/o extractiva utilizan gran cantidad de herramientas que permiten optimizar sus procesos. Una de ellas es el aire comprimido, cuya utilización está muy extendida en diversas actividades cotidianas. Sin embargo, al mismo tiempo constituye un alto riesgo para la seguridad personal, ya que las lesiones producidas por entrar en contacto con una descarga de aire presurizado pueden llegar a ser muy graves e incluso mortales.
Si bien en nuestro país no hay estadísticas específicas respecto de la cantidad de accidentes producida por manipulación de aire comprimido, es importante recalcar que la mayoría de ellos se originan principalmente por el desconocimiento de los riesgos asociados, así como también por manipulación indebida.
Así al menos lo demuestra la evidencia recolectada tanto en los centros asistenciales, como en las instituciones dedicadas a potenciar la seguridad laboral en las empresas.
Qué es el aire comprimido
Técnicamente es aire común y corriente, compuesto principalmente por nitrógeno y oxígeno, pero sometido a una presión superior a la que hay en la atmósfera.
Esta compresión se logra mediante máquinas especiales denominadas “turbocompresores”. Ellas cuales producen aire comprimido a partir de la succión de cierto volumen de aire atmosférico, al cual se le incrementa la presión mediante diversos procedimientos, según el tipo de maquinaria.
Los compresores se clasifican en dos grandes grupos:
- De desplazamiento, o aquellos que confinan el volumen de aire e incrementan su presión mediante el desplazamiento de una o más piezas móviles.
- Dinámicos, o aquellos donde el aumento de la presión se obtiene a partir de la aceleración de las moléculas de aire a lo largo de un difusor.
En el sector industrial, los turbocompresores más utilizados son los de desplazamiento positivo, en especial los denominados “compresores de émbolo”. Estos constan de dos cilindros destinados a la aspiración y la compresión del aire. Al interior de estos cilindros se encuentran unos émbolos conectados a un sistema de cigüeñal y biela, los cuales permiten que el cilindro de la derecha aspire aire desde el exterior, mientras que el de la izquierda lo comprime hasta lograr la presión requerida.
Todo este sistema es impulsado por un motor, el cual aporta la energía necesaria para su funcionamiento.
Beneficios del aire comprimido
Una de las principales utilidades del aire es el almacenamiento de energía, que luego se utiliza para accionar y operar máquinas o herramientas, o para realizar algún proceso, como por ejemplo, limpieza de superficies o instalaciones.
Algunos usos típicos en el área industrial pueden ser los siguientes:
- Accionar y hacer funcionar air-tools (herramientas de aire) mediante la energía liberada por la despresurización del aire.
- Limpieza de polvos y pequeños escombros en espacios reducidos, con el fin de remover material producido por otras actividades.
- Remoción de sustancias sobre superficies mediante chorros de material abrasivo (como arena, por ejemplo). En estos casos el aire comprimido impulsa el material abrasivo sobre una superficie lo cual permite remover el material adherido a ésta.
- Para inflar neumáticos de maquinaria destinada a trabajos pesados, como montacargas, vehículos para transporte de grandes maquinarias y camiones mineros, entre otros.
Principales riesgos asociados
A pesar de estos evidentes beneficios para la productividad de las empresas, manipular aire comprimido implica severos riesgos de seguridad para quien realice esta tarea.
De hecho, si no se ponen en práctica las necesarias medidas de seguridad, o el personal a cargo no cuenta con el suficiente entrenamiento, pueden provocarse accidentes gravísimos incluso con resultado de muerte. Así sucedió, por ejemplo en una vulcanización de Antofagasta, en 2013; y en una estación de servicio de Quilpué, en 2011.
Entre los principales riesgos asociados al uso y manipulación de aire comprimido se pueden destacar los siguientes:
- Proyección de sustancias impulsadas por el aire comprimido (partículas de polvo, humedad y/o aceite). Estas pueden provocar lesiones en los ojos, oídos o cara, si el operario no cuenta con los elementos de protección personal adecuados (casco, antiparras y orejeras, entre otros).
- Golpes recibidos por movimientos repentinos de serpenteo o látigo de la manguera, producidos por la salida brusca del aire comprimido, y que pueden causar lesiones. Las consecuencias de este movimiento pueden agravarse por la presencia de elementos metálicos, como por ejemplo la tobera, y otras piezas o acoplamientos del equipo que suministra el aire comprimido.
- Contacto con flujo de aire comprimido, el cual puede producir cortes en la piel o penetrar por orificios del cuerpo (boca, nariz y oídos), provocando graves lesiones internas e incluso la muerte.
- Proyección de componentes (piezas) de las herramientas, debido a la falta de mantenimiento de éstas o por usar presiones inadecuadas que causen rotura o desintegración del equipo.
- Explosión, por sobrepasar los límites de los recipientes y componentes de la red de aire comprimido, debido a falta de manutención o por el uso de materiales inadecuados para la presión que se requiere manejar.
- Exposición a altos niveles de ruido debido a la expansión del aire comprimido utilizado en una herramienta, lo que genera bruscos cambios de presión.
- Exposición a agentes de riesgo químico, debido a la dispersión en el lugar de trabajo de material particulado, formación de nieblas de aceite o de atmósferas explosivas, producto del empleo de aire comprimido para limpiar máquinas o puestos de trabajo.
Cómo trabajar de manera segura con aire comprimido
Para eliminar o minimizar los riesgos asociados al uso y manipulación de aire comprimido, se recomienda implementar las siguientes prácticas:
- Capacitar al personal que manipulará el aire comprimido. Esta capacitación debe incluir al menos los riesgos asociados a este gas presurizado y las recomendaciones para su manipulación segura.
- Contar con procedimientos e instructivos de trabajo para manipular aire comprimido, que deben ser respetados en todo momento.
- Utilizar elementos de protección personal adecuados en todo momento, mientras se utilice el aire comprimido.
- No utilizar aire comprimido en lugares con presencia de aceites o líquidos combustibles.
- Cuando se efectúen labores de limpieza se debe impedir el acceso al área de personal ajeno a esta tarea.
- Aislar el lugar a limpiar para evitar proyección de elementos peligrosos e incorporar dispositivos que, además de proyectar el chorro de aire comprimido, generen un cono que proteja al trabajador, desviando pelusas o partículas de manera eficaz.
- Nunca usar aire comprimido para limpiar ropa o partes del cuerpo, pues aunque la presión sea baja y parezca “leve”, de igual modo puede penetrar por zonas como ojos, nariz y boca, causando lesiones internas graves.
- Verificar el mantenimiento e integridad de recipientes de presión y dispositivos de control como manómetros, válvulas y toberas.
- Examinar todas las conexiones de la red de aire para verificar que no haya roturas, ni fugas, ni elementos sueltos por efecto de la presión.
- Sujetar con firmeza la pistola o manguera al momento de abrir y cerrar el paso de aire
- No cerrar el paso del aire retorciendo la manguera, sino sólo mediante la válvula correspondiente.
- Mantener las mangueras alejadas de pasillos y evitar que sean aplastadas por vehículos o equipos.
- Asegurarse de que no haya personas cerca de la máquina cuando esta se enciende.
- Proveer de protección personal adecuada (cascos, antiparras, zapatos y ropa de seguridad) tanto al operador como las personas que necesariamente deban permanecer en el lugar donde se trabaje con aire comprimido.
Aplicar todas estas sencillas precauciones no sólo protegerá la salud, integridad física y la vida de los trabajadores, sino que también optimizará la competitividad de la empresa.
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