El transporte marítimo internacional ha experimentado una significativa evolución tecnológica durante los últimos años. Proceso que hoy exige implementar nuevos y modernos sistemas de control, que resguarden tanto la seguridad de las flotas como de las operaciones de carga y descarga en los diferentes terminales marítimos y fluviales.
El transporte marítimo es quizás la actividad más globalizada entre todos los grandes sectores del comercio internacional. Sin embargo, al mismo tiempo, también es una de las más peligrosas, debido a la gran cantidad de riesgos que la acechan, tanto en los puertos como en las respectivas rutas que atraviesan el mundo.
Por ello, la forma más eficiente de preservar su seguridad y eficiencia, radica en que todas las naciones y empresas que actualmente explotan o dependen del comercio marítimo, cumplan al pie de la letra cada una de las regulaciones internacionales establecidas para su correcta operación.
Valor estratégico del comercio marítimo
A lo largo de los siglos, el transporte marítimo ha ido evolucionando de acuerdo con las crecientes necesidades del comercio internacional. Evolución que, gracias al desarrollo tecnológico, se expresa en la construcción de buques más grandes y de mayor capacidad, así como de puertos con instalaciones más modernas y eficientes.
Según reportes de la Organización de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo, UNCTAD, el volumen del comercio internacional marítimo alcanzó en 2021 a 12.000 millones de toneladas transportadas (Mt), que equivalen aproximadamente a 1.500 kg por habitante del planeta.
Esta positiva cifra representa un crecimiento de 3,4% respecto de 2020, tanto en toneladas como en toneladas-milla. Pero también implica que el comercio internacional marítimo recuperó las cerca de 400 Mt perdidas, debido al fuerte impacto restrictivo generado por la pandemia.
Los informes comerciales también detallan que los sectores con mayor recuperación en 2021 fueron el grano, el gas natural licuado (GNL), el gas licuado de petróleo (GLP) y los contenedores. Todos ellos protagonistas clave para el desarrollo estratégico de la economía mundial.
Los buques, espina dorsal del comercio marítimo
Los grandes protagonistas del comercio marítimo son, sin lugar a dudas, los buques. Estos se clasifican de acuerdo con el tipo de carga transportada, ya sea como mercadería a granel (carbón, cemento, granos, arena, petróleo y gas) o mediante contenedores. A partir de estas consideraciones se pueden identificar los siguientes tipos de naves:
Buques portacontenedores
Transportan carga en contenedores estandarizados y actualmente representan alrededor del 52% del comercio marítimo total. El buque más grande del mundo en esta categoría se llama “MOL Triumph”, y tiene capacidad para 20.150 contenedores.
Buques graneleros o Bulk Carriers
Transportan cargas sólidas como granos, cereales o minerales. Suelen ser de gran tamaño y están divididos en diferentes bodegas y comportamientos.
Buques frigoríficos
Están equipados con unidades de refrigeración o congelación, y se utilizan para transportar carga perecedera como frutas y pescados. Suelen ser de color blanco para reflejar los rayos del sol y evitar el calentamiento de sus bodegas y carga.
Buques petroleros
Están diseñados para transportar crudo y otros productos derivados del petróleo. Los superpetroleros más grandes del mundo pueden llegar a portar 500.000 toneladas de carga. Si bien este gran volumen tiene beneficios para las distribuidoras, al mismo tiempo conlleva altos riesgos, pues en caso de accidentes, las consecuencias serían catastróficas.
Buques Roll on – Roll off
Se utilizan para transportar mercancías con ruedas (vehículos, camiones, grúas y todo tipo de maquinaria, entre otros), las cuales pueden cargarse y descargarse solas, o con el uso de vehículos tractores. Cuentan con un gran portón en la proa, que funciona como rampa.
Cada uno de estos tipos de buques requiere, a su vez, de un proceso de mantenimiento acucioso y especializado, que contempla etapas de trabajo tanto en puerto como en dique seco. Sólo de este modo podrá asegurarse que cumplan su función, dentro de un marco de seguridad apropiado.
Para ello es conveniente aplicar tareas de inspección, reparación y mantenimiento, estructuradas sobre la base de una lista de verificación adecuada tanto a las características de la embarcación, como de la carga que debe transportar.
¿Cuáles son las ventajas del transporte marítimo?
El transporte marítimo de carga y mercancía ofrece diversas ventajas comparativas. Algunas de estas son las siguientes:
● Capacidad de almacenaje: A diferencia de aviones y camiones, el gran tamaño de los buques, permite trasladar mayor volumen de mercancías y contenedores.
● Precios competitivos: Los fletes marítimos son considerablemente más económicos, teniendo en cuenta las largas distancias que deben cubrir.
● Versatilidad: La progresiva especialización de los buques hoy permite que trasladen todo tipo de cargas, desde líquidos hasta automóviles.
¿Cómo reducir el riesgo durante las distintas etapas del transporte marítimo?
Todas estas características y ventajas logísticas requieren que el comercio marítimo internacional se realice en un entorno de alta especialización y cuidado. No solo durante el trayecto de los barcos a su destino, sino también en los respectivos procesos de carga y descarga portuaria.
De otro modo, cualquier descuido o falla puede traducirse en accidentes cuyas consecuencias suelen ser gravísimas, tanto para las tripulaciones de los buques, como para operadores portuarios y el medioambiente.
Un riesgo que crece de manera exponencial cuando se transportan cargas de alto peligro, y que requiere por lo tanto, aplicar metodologías de recolección, inspección y análisis de datos, basadas en listas de verificación electrónicas.
Este tipo de soluciones tecnológicas facilita el control de puntos críticos, tales como procesos de carga y descarga, mantenimiento de infraestructura y equipos, estado de contenedores, mitigación de factores de riesgo, aplicación de períodos de descanso del personal y prevención de accidentes, entre otras variables.
Algunos de los principales pasos que se pueden controlar, mediante una lista de verificación digital, son los siguientes:
Antes de la carga
- Seleccionar el tipo de contenedor más conveniente para cada mercancía específica.
- No sobrepasar el límite de carga útil del contenedor ni los máximos establecidos por las regulaciones de transporte.
- Asegurar y distribuir la carga de manera firme y conforme al espacio del contenedor.
- Seleccionar el tipo de contenedor más conveniente para cada mercancía específica.
- No sobrepasar el límite de carga útil del contenedor ni los máximos establecidos por las regulaciones de transporte.
- Asegurar y distribuir la carga de manera firme y conforme al espacio del contenedor.
- Seguir las instrucciones de manipulación correspondiente.
- Utilizar divisores y materiales para separar mercancías dentro del contenedor, de ser necesario.
- No cargar mercancías húmedas con secas.
- No cargar en el buque si la mercancía tiene empaquetado incompatible o deteriorado.
- Incluir la documentación requerida para cada carga.
- Anotar el número de contenedor y del precinto en los documentos de embarque.
- Seguir estrictamente las regulaciones para cargas peligrosas, incluyendo el uso de etiquetas o señalizaciones especiales, para identificar el tipo de contenido.
Durante la carga
- Revisar que el interior del contenedor esté limpio y seco, sin presencia de polvo, grasa, líquido o cualquier rastro de congelación restante de cargas anteriores (según cada caso).
- Desinfectar toda su superficie, para evitar que queden insectos o parásitos que puedan contaminar la carga. En este punto es conveniente coordinarse con las autoridades sanitarias correspondientes, pues numerosos países sólo autorizan la salida o ingreso de mercancía que cuente con sello y registro de fumigación.
- Verificar que no haya olores sospechosos dentro del contenedor, pues estos pueden ser síntoma de contaminación o descomposición.
- Revisar que el contenedor esté herméticamente cerrado.
- Revisar que no haya agujeros o rasgaduras y el precinto no esté dañado.
- Quitar cualquier etiqueta que corresponda a cargas transportadas anteriormente.
- En el caso de contenedores tipo Open Top, verificar que los arcos del techo estén en su posición correspondiente y operen adecuadamente.
- Seguir las instrucciones o recomendaciones entregadas por la respectiva autoridad portuaria.
Durante el transporte
- La mercancía debe adecuarse a la capacidad del contenedor para soportar las tensiones que se produzcan durante el viaje. También se debe asegurar que esté siempre sujeta, para evitar que se mueva o caiga en el trayecto.
- Verificar que los cerrojos de seguridad de los contenedores permanezcan enganchados durante todo el recorrido.
- Controlar que las etiquetas identificadoras de la carga vayan en las posiciones sugeridas, sin tapar el número de contenedor u otros elementos distintivos (como los sellos que identifican sustancias peligrosas, por ejemplo).
Durante la descarga
- Revisar el exterior del contenedor e inspeccionar cualquier daño que haya perjudicado la mercancía.
- Asegurarse de que el precinto esté intacto y no tenga señales de haber sido forzado.
- Observar el estado de las etiquetas que indican información importante de la mercancía (por ejemplo, que sea peligrosa o a granel).
- Abrir con extremo cuidado la puerta derecha del contenedor, en caso de que se detecte que la carga ha sido incorrectamente acomodada. Con ello se previene que caiga sobre el personal.
El valioso aporte de la transformación digital a las tareas de mantenimiento marítimo
Para que cada uno de estos pasos de verificación, control, mantención y/o reparación sea exitoso, es indispensable contar con herramientas tecnológicas avanzadas que hagan la tarea más práctica, sencilla y eficiente, optimicen los costos de operación y reduzcan el riesgo de errores humanos.
El mercado hoy ofrece avanzados softwares especializados como la “Auditoría Técnica de Entrega Acuática”, de DataScope.
Este software ha sido desarrollado para brindar ventajas decisivas a las empresas de logística marítima, permitiendo llevar control completo de variables críticas para la operatividad, como estado de los equipos, capacitación del personal y períodos de mantenimiento, entre otras.
Garantía de que la transformación digital permite que estos se lleven a cabo de acuerdo con marcos de eficiencia y seguridad que optimicen la competitividad de las empresas, incrementen la protección de sus trabajadores y protejan al medio ambiente.