La decisión de realizar el mantenimiento a las máquinas que participan en el proceso de producción de cualquier empresa es parte importante de la estrategia que se construye para conservar los activos en óptimas condiciones.
Para alcanzar el éxito, definir una organización que considere la aplicación de rutinas de mantención periódicas es fundamental. Independiente de la opción del tipo de mantenimiento que se define realizar, las empresas necesitan conocer y aplicar los diferentes niveles de mantenimiento que existen.
La lógica de mantenimiento considera distintos niveles, asociados entre sí y con rangos de profundidad del trabajo por hacer. Cada uno de esos niveles posee una importancia intrínseca, aunque se pasa al siguiente en la medida que las tareas del nivel anterior fallan o requieren la aplicación de intervenciones más complejas.
¿Cuáles son y qué niveles de mantenimiento tiene que considerar una empresa en su afán de alcanzar el nivel de producción óptimo? Eso es lo que vamos a revisar a continuación.
Reconociendo los niveles de mantenimiento
Como ya dijimos anteriormente, existen diferentes niveles de mantenimiento, que se diferencian entre ellos según la complejidad y profundidad de las tareas ejecutadas.
En total, se reconocen cinco niveles de mantenimiento, los cuales se utilizan para programar y registrar las tareas que deben realizarse. Existe una serie de acciones que se pueden planificar, entre las cuales destacan las siguientes áreas:
- Manejo de órdenes de trabajo, en términos de generar, asignar y dar seguimiento a esas órdenes.
- Programación de tareas rutinarias, realizando un esquema automatizado para la ejecución de trabajos rutinarios
- Programación de mantenimientos, donde se fijan las fechas futuras en las que se tiene que realizar el mantenimiento
- Designación de tareas al personal, basándose en el tiempo que tomará cada tarea y la carga de trabajo que ésta supone
- Control de inventario, para manejar que se tiene y lo que se debe adquirir para realizar el mantenimiento en materia de repuestos y elementos consumibles
Los cinco niveles de mantenimiento
Una estrategia de mantenimiento considera diferentes niveles. Éstos están asociados y se relacionan en la medida en que las tareas se vuelven más complejas, lo que requiere el paso a un nivel más profundo y complejo.
Primer Nivel
En el primer nivel de mantenimiento se identifican actividades catalogadas como esenciales para las operaciones de una empresa.
En esta etapa se consideran operaciones simples, cuya ejecución requiere herramientas básicas. Incluso en muchas ocasiones ni siquiera son necesarias. El nivel de instrucción es mínimo o nulo y las tareas no implican ningún riesgo para el trabajador o la producción.
Aquí se trabaja con elementos integrados al equipo, el cual es de fácil acceso y las operaciones pueden ser ejecutadas por su propio operador. Además, permiten una programación que incluya esas tareas dentro de las operaciones de rutina de la empresa.
Las regulaciones, controles e inspecciones determinadas por el fabricante de los equipos se incluyen en este nivel. Generalmente, el ejecutor cuenta con manuales de instrucciones para llevar a cabo el trabajo y algunos componentes que se pueden cambiar fácilmente, sin necesidad de desmontar o intervenir demasiado.
Entre las operaciones elementales se encuentran:
- Control y reemplazo de fluidos (aceite, combustible, líquido refrigerante)
- Sustitución de partes con vida útil corta o accesorios (baterías, pilas, cordones)
- Lubricación diaria.
- Reemplazo de ampolletas
- Control y limpieza de filtros
Segundo Nivel
En el segundo nivel de mantenimiento, encontramos trabajos asociados a tareas que requieren ciertos procedimientos, aunque pueden ser considerados simples.
El nivel de instrucción exige una capacitación básica, pero no hay que confundir estas tareas con las realizadas en el primer nivel. La razón es que existe un nivel de complejidad superior, se trabaja con elementos integrados y externos al equipo y los procedimientos son algo más complejos y existe un riesgo potencial para el trabajador, por lo que se requiere mayor calificación y experiencia.
A partir de este nivel, cabe al personal de mantenimiento el trabajo, no al operador del equipo en cuestión, ya que se requiere mayor conocimiento de cómo funciona la máquina en la cual se va a trabajar.
Entre las operaciones elementales se encuentran:
- Control de parámetros de funcionamiento, usando herramientas integradas para medición
- Controles de performance, regulaciones, reparaciones por intercambio estándar de componentes
Tercer Nivel de Mantenimiento
Operaciones de carácter preventivo que requieren procedimientos complejos, así como otras de índole correctivo simples, son el tipo de acciones que considera el tercer nivel de mantenimiento.
Para llevar a cabo este tipo de trabajos, se necesita un nivel de instrucción alto, donde actúa personal técnico calificado, que se encarga de procedimientos con mayor detalle y que presentan un mayor riesgo tanto para la producción como para ellos mismos.
Se trabaja con elementos integrados y externos al equipo, con apoyo de instrucciones detalladas, y las tareas están relacionadas con la identificación y diagnóstico de averías, reparación por cambio de componentes funcionales y reparaciones mecánicas menores.
Entre las operaciones elementales se encuentran:
- Regulaciones de carácter general
- Control y ajustes que requieren herramientas de medición externas a la máquina
- Operaciones de mantenimiento sistemático delicadas, reparaciones por intercambio de subconjuntos y componentes
Cuarto Nivel de Mantenimiento
El cuarto y penúltimo nivel de mantenimiento está reservado para trabajos complejos de índole correctiva o preventiva.
Está dedicado a operaciones cuyos procedimientos implican técnicas o tecnologías específicas, por lo que el nivel de instrucción es alto y se requiere también de un técnico o equipo con experiencia e instrucción de mantenimiento general o especial.
En este nivel el riesgo potencial para la producción y los técnicos involucrados existe y se trabaja con elementos integrados y externos al equipo. Al no ser rutinarias, estas operaciones de mantenimiento deben programarse de forma anticipada.
Entre las operaciones elementales se encuentran:
- Revisiones parciales o generales que no requieren el desmontaje completo de la máquina
- Reparaciones especializadas
- Verificación de aparatos de medición
Quinto Nivel de Mantenimiento
El último nivel de mantenimiento está reservado para aquellas tareas que demandan un know-how específico, que considera técnicas, tecnología y procesos especiales.
Es el nivel más complejo, donde las tareas de tipo correctivo abordan trabajos de renovación y reconstrucción, entre otros, y donde hay mayor necesidad de contar con equipos de apoyo para que la intervención se produzca de manera exitosa.
Dada su naturaleza más compleja, los trabajos de mantenimiento del quinto nivel tienden a afectar el normal funcionamiento de una empresa, aunque sean acciones de carácter puntual realizadas por proveedores externos.
Todo esto implica que exista una programación anticipada y un nivel de instrucción especializado por parte de quienes realizan este tipo de tareas, ya que hay riesgo potencial, tanto para la producción como los técnicos involucrados.
Se trabaja con elementos integrados y externos al equipo, bajo la modalidad de asignación de tareas a empresas especializadas que realizan acciones de corrección sobre piezas que se tienen que cambiar o reparar a raíz de que se vuelven obsoletas o próximas a caducar.
Entre las operaciones elementales se encuentran:
- Revisiones generales con desmontaje completo de la máquina
- Reacondicionamiento de equipos
La adopción del mantenimiento por niveles es una decisión estratégica y fundamental cuando una empresa define contar con una planificación de tareas que buscan el mejor funcionamiento de sus equipos relacionados con el proceso de producción.
Además de evitar fallas y paralizaciones, existe una serie de beneficios asociados con la planificación, la cual puede verse incrementada aún más en la medida que las empresas incorporan soluciones amparadas en sistemas digitales que manejen los datos, almacenando información y llevando un registro de las actividades realizadas y por realizar, con un afán de aumentar la productividad y organizar al más alto nivel este tipo de trabajo, que es clave para el éxito de cualquier organización.