El soporte vital del arnés anticaídas

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Los trabajos en altura conllevan alto riesgo de accidentes graves e incluso fatales. Esto exige que, tanto empresas como trabajadores, utilicen en forma responsable y eficiente cualquier tipo de arnés. Esto no sólo implica elegir los implementos más apropiados para cada tarea, sino también practicar un constante y profundo mantenimiento de los mismos.

Las caídas desde altura provocan un elevado número de accidentes laborales con consecuencias graves, e incluso fatales, en todo el mundo. De hecho, un reciente informe de la Dirección del Trabajo de Chile, los identifica como la segunda causa de lesiones invalidantes y de muerte entre los trabajadores de nuestro país.

Este escenario de alto riesgo permanente, se traduce en la necesidad imperiosa de que la fuerza laboral que realiza este tipo de faenas utilice equipos de protección personal especializados, que previenen las caídas y, a la vez, minimicen el daño en caso de que se produzca un accidente.

Estos equipos, denominados “sistemas anticaídas”, incluyen todos aquellos componentes utilizados por el trabajador para que su cuerpo sea frenado o retenido ante una posible caída, o bien, quede suspendido de un anclaje de seguridad, sin sufrir daño alguno.

Para cumplir esta labor en forma eficiente, todo sistema anticaídas debe constar de tres componentes: un dispositivo de anclaje, un subsistema de conexión (generalmente cables de acero) y un arnés anticaídas. 

Arnés, componente esencial

Desde el punto de vista técnico, el arnés anticaídas es todo dispositivo de seguridad que se ajusta sobre el cuerpo del trabajador, para sujetarlo o retenerlo en caso de sufrir una caída. 

Básicamente consta de un sistema de cintas, destinadas a sostener el cuerpo, a las cuales se suman diversos elementos de enganche y ajuste, que permiten sujetarlo al punto de anclaje, mediante una línea de conexión.

El mercado de elementos de seguridad hoy ofrece diversos tipos de arneses, diseñados específicamente para distintos tipos de trabajos en altura. Por ello, para que este equipo cumpla su papel de manera eficiente, se debe escoger el tipo más apropiado para cada labor realizada (tareas forestales, mantención de luminarias, limpieza de ventanas o construcción en altura, por ejemplo).

De acuerdo con esta característica es posible identificar cuatro tipos de arneses:

Cinturones de sujeción y retención (EN 354, EN 358)

Son dispositivos de presión que rodean el cuerpo del trabajador por la cintura. Tienen la doble función de evitar que el usuario se desplace hasta un punto que implique riesgo de caída, y de mantenerlo en la posición correcta que corresponde a su lugar de trabajo.

Arnés de asiento (EN 354, EN 358, EN 12841C)

Están formados por un cinturón más un punto de enganche y dos soportes que rodean cada pierna. De esta manera, permiten sostener el cuerpo del trabajador en posición sentada. Cumplen las mismas funciones que los cinturones de seguridad.

Arnés anticaídas (EN 360, EN 355, EN 353.1/2)

Su función principal es detener la caída, y para ello deben incorporar un punto de enganche que garantice la conexión del arnés con el subsistema anticaídas y el anclaje. Según dónde se ubique este punto de enganche, el arnés puede dorsal, esternal, ventral o de posicionamiento.

Arnés integrales (EN 354, EN 358, EN 12841 A/B/C, EN 360, EN 355, EN 353.1/2)

Se estructuran sobre la base de la unión de un cinturón de seguridad, con un arnés anticaídas y un arnés de asiento, y se utilizan, generalmente, en trabajos verticales (como edificios de altura).

Componentes asociados

Como se explicó anteriormente, para que el arnés cumpla su función en forma eficiente, debe estar combinados con otros dos componentes esenciales.  

Subsistemas de conexión

Estos conectan el punto de anclaje con el arnés de seguridad y pueden ser de dos tipos: absorbedores de energía y dispositivos anticaídas propiamente tales.

Puntos de anclaje

Son aquellos elementos donde se engancha el subsistema de conexión. Los más comunes son los puntos de anclaje únicos y las líneas de vida, también conocidas como “líneas de anclaje”. Estas últimas pueden clasificarse, a su vez, en verticales y horizontales, de acuerdo con la dirección de desplazamiento que permiten al trabajador, una vez que están instaladas.

Mantenimiento, punto esencial

Más allá de la calidad de los materiales empleados para fabricar un arnés anticaídas, o de las características que debe tener de acuerdo con el trabajo realizado, también es imprescindible educar y capacitar a los trabajadores respecto de los riesgos que conlleva un trabajo en altura. 

Esto implica enseñarles la importancia vital de que estos equipos se mantengan permanentemente en buen estado. Tarea que compete tanto al empleador y a los equipos de seguridad de la empresa, como al propio trabajador.

Al respecto, es conveniente que la empresa y los profesionales encargados de llevar a cabo las respectivas tareas de inspección y mantenimiento preventivo de estos equipos, cuenten con un sistema de checklist electrónico, mediante el cual puedan ir controlando las diversas fases de la inspección y verificar que los equipos son seguros y están plenamente operativos.

De este modo, se garantiza un control más eficiente el cual, a su vez, se traduce en una optimización significativa de la seguridad y de las condiciones de trabajo del personal que deba desempeñar tareas en altura.

Algunas indicaciones prácticas de interés que pueden incorporarse en estos checklist digitales, de modo de controlar todas las posibles variables de uso, mantención y cuidado de los arneses, son los siguientes:

  • El dispositivo de anclaje y el equipo de protección individual anticaídas deben ser capaces de resistir todas las fuerzas que se originan al retener la caída de una persona, incluyendo la caída misma y el peso corporal del trabajador, sumado a su vestimenta y otros equipos que pueda cargar encima.
  • Los puntos de anclaje del arnés deben ser siempre seguros y fácilmente accesibles.
  • Los equipos de protección no deben intercambiarse entre varios trabajadores, ya que la protección óptima se consigue gracias a la adaptación del tamaño y ajuste individual para cada persona.
  • Cualquier ajuste debe hacerse de acuerdo con las instrucciones del fabricante, para así conseguir la máxima efectividad del sistema.
  • Para determinar la vida útil máxima de cada equipo, hay que considerar las características de cada uno de ellos, así como los materiales con los cuales fueron elaborados, las condiciones del trabajo mismo y su entorno, así como las características del lugar destinado a su almacenamiento.
  • Todos los arneses anticaídas, así como las líneas de anclaje se deben almacenar colgadas, en un lugar seco y fresco, y lejos de fuentes de calor naturales o artificiales (sol, hornos, calderas, etc).
  • Los arneses se deben proteger del contacto con sustancias agresivas o corrosivas, como por ejemplo, ácidos, lejías, fluidos de soldadura, aceites, superficies cortantes o bordes de pared ásperos y afilados.
  • El transporte de cada uno de estos equipos, sean arneses o líneas de sujeción, debe hacerse siempre en su maleta o contenedor correspondiente.
  • En caso de detectarse cualquier indicio de desgaste en las fibras del arnés, así como roturas o desperfectos en los sistemas de ajuste, deben retirarse del servicio de inmediato y ser reemplazados por equipos nuevos o en buen estado.

Otras consideraciones importantes

Los arneses fabricados con materiales textiles se pueden lavar. Para ello se recomienda utilizar siempre una lavadora y un detergente para tejidos delicados. Además, se los debe envolver en una bolsa para evitar posibles daños debido a roces con las superficies metálicas del equipo de lavado. 

En estos casos, la temperatura de lavado no debe ser superior a 30°C, pues sobre ese registro la estructura de las fibras artificiales (poliéster, poliamida) que componen las correas del arnés pueden dañarse.

Además, hay que recordar que los componentes textiles de los equipos hechos de fibra sintética, pueden presentar desgaste prematuro, en especial si están sometidos a los efectos de radiación ultravioleta intensa, o a la acción de condiciones climáticas y medioambientales extremas.

Asimismo, para que el mantenimiento sea aún más exitoso, se debe involucrar permanentemente al trabajador, mediante constantes cursos de capacitación donde aprenda a cuidar sus equipos personales. Esto le ayudará a evitar situaciones que causen daños o desgaste al arnés, así como reconocer cualquier señal de desperfecto, abrasión o mal funcionamiento.


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Francisco Gonzalez

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