El imbatible valor del código de barras

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A pesar de su larga existencia, esta solución tecnológica se mantiene plenamente vigente para optimizar tareas de producción, distribución y venta, contribuyendo, entre otras facetas, a mejorar la trazabilidad de diversos procesos altamente trascendentes como, por ejemplo, la producción de bienes, servicios y alimentos.

La necesidad de cumplir los plazos cada vez más acotados del mercado, así como de optimizar la producción y sus distintos procesos asociados, requiere la utilización de soluciones informáticas especializadas. Una de ellas es el tradicional código de barras, que desde hace más de cuatro décadas se posiciona como pieza clave de la gestión empresarial.

Si bien sus orígenes se remontan a 1949, su masificación definitiva sólo comenzó a partir de la década de 1980, cuando se hicieron evidentes su rapidez y comodidad para controlar la cadena de producción, transporte, almacenamiento y venta. Hoy, son herramientas esenciales e indispensables para efectuar tareas de inventario, así como para distribuir en forma eficaz todos los productos que se comercializan en el mercado mundial. De hecho, sus ventajas también permiten utilizarlos en otras tareas como mantenimiento, control de activos, y gestión de personas, en prácticamente todos los sectores de la economía, incluyendo desde la gran industria, hasta el comercio detallista.

¿Qué es un código de barras?

Técnicamente, un código de barras es una agrupación de líneas paralelas de distinto grosor, ubicadas a diferente distancia unas de otras. En conjunto, dichas líneas contienen información concreta que, en la mayoría de los casos, corresponde a números.

Tal diseño permite realizar una lectura rápida y precisa de esta información mediante lectores láser. Esta función resulta extremadamente útil para hacer inventario y realizar transacciones de cualquier tipo, ya que facilita y agiliza todo el proceso asociado.

De hecho, al momento de adquirir o vender un producto, el código de barras es la única forma de obtener y validar aspectos tales como su precio, fecha de elaboración, fecha de caducidad, número de lote, lugar donde se elaboró, o por cuales puntos de la cadena logística ha pasado, por ejemplo.

¿Cuál es su valor para las empresas?

La importancia de los códigos de barra radica en que permiten capturar, en forma automática y sin margen de error, toda la información necesaria para elaborar y administrar, de manera rápida y eficiente, un sistema de inventario.

Al mismo tiempo, se logra que la cadena logística tenga un rendimiento más ágil y mejor, pues el personal a cargo puede buscar, embalar o recoger cualquier producto gracias a la información contenida en estos códigos. Estos, a su vez, facilitan también el trabajo de los transportistas que los trasladan a sus diferentes destinos.

Ambos aspectos son fundamentales para asegurar la competitividad de toda empresa, en un mercado cada vez más exigente y acelerado.

Características y tipos

La codificación de los códigos de barras está determinada por la Normativa GS1 (organización mundial que desarrolla estándares globales para la identificación de productos y servicios). Esta se basa en el principio de no-ambigüedad, el cual implica que cada variante, de cada producto, debe tener un código único.

De este modo, el código aplicado a cada producto se denomina GTIN, y es una numeración única, universal y sin ambigüedad.

La representación gráfica del código GTIN puede hacerse a través de barras y espacios, o mediante códigos bidimensionales.

Asimismo, es esencial que el código de barras sea legible y esté en un lugar claro y visible del producto, ya sea en su superficie directa, o bien en el envase, embalaje o etiqueta.

Existen dos tipos de códigos de barras, que responden a diferentes criterios. Los lineales o dimensionales, y los bidimensionales.

En el primer grupo se encuentran los siguientes:

  • UPC, que es la simbología más utilizada en USA.
  • EAN, que corresponde a la versión europea del UPC y se usa mundialmente.
  • Código 39
  • Código 128
  • Código 93
  • Codabar
  • Ponset

El código bidimensional, en tanto, no sólo contiene la información del artículo, sino que también otra gran cantidad de datos. Esto le permite ser una excelente herramienta de trazabilidad operacional (para realizar tareas de mantenimiento o reemplazo de equipos, por ejemplo). Además, esta misma complejidad los hace más seguros y muy difíciles de sabotear o falsificar.

Los principales tipos de código bidimensional son los siguientes:

Pdf 417

Es un PDF (Portable Data File) con capacidad para 1.800 caracteres alfanuméricos y especiales. Tiene suficiente espacio para incluir, por ejemplo, un pequeño informe con gráficos sobre el estado de productos, maquinarias o activos de una empresa, entre otras posibilidades.

Mexicode

Fue creado por la empresa UPS, pero hoy es de uso público. Se utiliza para procesar información a alta velocidad y su estructura se basa en 866 hexágonos organizados de forma pseudo-aleatoria. La información se almacena en lenguaje binario, y permite codificar 100 caracteres en aproximadamente dos centímetros y medio.

Datamatrix

Tiene una capacidad alfanumérica de 2.334 caracteres, y sus aplicaciones más comunes son: codificación de direcciones postales; etiquetado de desechos peligrosos para control y almacenamiento a largo plazo; o almacenamiento de información sobre composición y prescripción de medicamentos, entre otras.

Beneficios de los códigos de barras

Si bien los códigos de barras surgieron como una herramienta directamente pensada para facilitar el trabajo de las cadenas de retail y comercio detallista, hoy se han expandido a casi todos los sectores de la economía.

Esto se debe a su gran cantidad de ventajas comparativas, entre las cuales se pueden destacar las siguientes:

  • Rapidez para etiquetar precios.
  • Control de stock en tiempo real.
  • Facilidad para calcular estadísticas que ayudan a controlar o mejorar el posicionamiento de mercado de una empresa, así como a cambiar estrategias con mayor rapidez y precisión.
  • Posibilidad de emitir Tickets de compras precisos, para ofrecer mejor servicio de pos venta.
  • Automatización del registro y seguimiento de productos, servicios o activos en reparación.
  • Bajos porcentajes de error en todos los niveles de operación.

Esta multiplicidad de funciones, permite, asimismo, que los códigos de barras tengan muchas más aplicaciones de las que, a priori, se podrían suponer.

Por ejemplo, se pueden usar para controlar en tiempo real (o con gran rapidez) acciones tales como procesos de reparación o recambio de equipos, inventarios, movimientos de personal, duración de jornadas, asistencia de empleados, gestión de calidad, acceso a instalaciones, y emisión y rastreo de documentos (como órdenes de compra o trabajo), entre otras múltiples opciones.

También se pueden usar para rastrear, con alto grado de precisión, diferentes actividades como el transporte de bienes y valores, movimientos de libros al interior de una biblioteca, y los registros de facturación de un negocio o empresa.

Además, ayudan a identificar el origen y el destino de los productos, lo cual favorece de manera muy efectiva su visibilidad a lo largo de toda la cadena de fabricación y suministro.

Esta ventaja, a su vez, contribuye a optimizar los procesos de trazabilidad y seguridad en áreas tan vitales como la industria alimentaria, por ejemplo. En estos casos, permiten registrar y seguir las fechas de producción y caducidad de los productos, contribuyendo a mejorar la inocuidad.

También ayudan a identificar los productos y agilizar los tiempos. De esta forma, brindan mayor rapidez a la hora de etiquetar y facilitar la automatización del registro y seguimiento de los mismos.

Asimismo, favorecen las ventas a grandes cadenas, y reducen significativamente el porcentaje de error en el despacho de existencias.

Acciones muy diversas pero que, en su conjunto, contribuyen a optimizar la planificación a largo plazo y la toma de decisiones estratégicas de toda empresa.

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Francisco Gonzalez

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